Con los sondeos cerrados, aumentan las incognitas.

La recta final de la campaña electoral de las elecciones del 28M y el consiguiente cierre de publicación de encuestas, llega en Ourense con situaciones distintas según se trate de la Diputación Provincial o del Concello de la capital. En el primero de los casos, si el PP recupera la mayoría absoluta que los de Baltar Blanco perdieron hace cuatro años solo se sabrá la noche del 28 de mayo; en el caso del Concello de Ourense, todo apunta a que quien gobierne tendrá que hacerlo en minoría.

En la ciudad todos los sondeos establecen sendos repuntes de voto en los casos del PP y del BNG, mientras ocurre lo contrario en los casos de DO y PSOE. Siempre con respecto a los comicios de 2019. Lo que prevé que PP y PSOE serán las fuerzas más votadas, y solo una de las dos la primera en la capital.

Como quiera que la progresión de voto del BNG no dará para que el PSOE conforme un gobierno en mayoría (14 escaños, al menos), la capital parece abocada a un gobierno en minoría de PSOE o PP. Luego a gestionar asunto por asunto logrando los apoyos entre los grupos del resto de la Corporación. Nada nuevo, es lo mismo que ocurrió en 2015, y lo que en 2019 evitó el acuerdo de gobierno PP-DO. Pero ¿por qué ahora no un gobierno en mayoría y hace cuatro años sí? ¿Qué ha cambiado y, sobre todo, cuánto para que ahora se presuma imposible? ¿Tan seguro es?

Teniendo en cuenta que la posibilidad pasaría por reeditar el acuerdo PP-DO, únicamente, la primera clave es la experiencia vivida: mala no, pésima tras los cuatro años de gestión de DO con Pérez Jácome en la alcaldía, y dos entradas con otras tantas huídas de los populares del gobierno de la ciudad. La segunda clave radica en la proximidad de las Legislativas del mes de diciembre, y lo que podría penalizar reeditar la misma alianza al PP y al propio Núñez Feijóo. Máxime (y tercera cuestión) con todo lo derivado de las escuchas de las conversaciones de Pérez Jácome reveladas en plena campaña electoral, y que podría extenderse tanto como quieran los medios de comunicación que disponen de los audios. Extenderse, por ejemplo (y cuarta clave), a los 19 días que irán desde el 29 de mayo hasta el 16 de junio, cuando tendrían que producirse las negociaciones entre ambas fuerzas para, el sábado, 17, constituirse la nueva Corporación Local. Al contrario de lo que ocurrió hace cuatro años, un proceso no exento ahora de una cierta temeridad, habida cuenta de la falta de seguridad jurídica de la que podría adolecer cualquier acuerdo.

 Solo el 7º escaño en la Zona de Ourense le asegura a Baltar la presidencia de la Diputación

La situación alcanzaría a la Diputación de Ourense si, como ocurrió hace cuatro años, el PP no logra mayoría absoluta y precisa apoyos. En tal escenario, la continuidad de Baltar Blanco en la presidencia peligraría justo lo que reeditar el acuerdo de 2019 en el Concello de la capital. Resulta obvio.

El factor determinante de la mayoría del PP en la Corporación Provincial y la continuidad de Baltar al frente de la Diputación, radica en conseguir el séptimo escaño de los 15 que elige la Junta Electoral de Ourense. Fue lo que los de Baltar Blanco no consiguieron en 2019, al quedarse el PP en 6 escaños (no 7) de los 15 que eligen los 37 concellos que integran esta zona. Nada cabe prever que varíe en las seis restantes juntas electorales, en las que el PP se viene llevando el único escaño que eligen Bande y Trives, mientras los dos de las cuatro restantes se los reparten populares y socialistas (conseguir los dos y evitar el reparto de escaños, supone siempre tener el doble de votos que el siguiente más votado, lo que está muy lejos de poder ocurrir).

Pero independientemente de lo que ocurra en las urnas este 28 de mayo, algo más ha cambiado en la JEZ de Ourense con respecto a 2019: mientras las fuerzas independientes repiten el mismo número de candidaturas, 13, el BNG presenta ahora en la zona de Ourense ocho listas más que en 2019, 31 en total frente a las 23 de entonces. Solo en Cortegada, Pontedeva, Quintela de Leirado, Sandiás, Taboadela y Xunqueira de Espadanedo no lograron hacerlo. Supone haber centrado los mayores esfuerzos en la zona que elige 15 de los 25 diputados provinciales, en la que BNG sitúa 8 de las 11 nuevas candidaturas que suma en la provincia.

El esfuerzo de los nacionalistas no parece algo casual, aunque también es cierto que su nicho de voto no se halla en la derecha.

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