Los supermercados ourensanos muestran el desabastecimiento de este producto y, en el mejor de los casos, limitan su compra.
Los supermercados ourensanos muestran en sus estanterías el desabastecimiento de aceite de girasol y están adoptando ya medidas de limitación de venta de este producto debido al «comportamiento atípico del consumidor que se ha producido en las últimas horas», según un comunicado de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).
Rusia y Ucrania desempeñan un papel clave en el suministro mundial de materias primas estratégicas para uso industrial y alimentario. Desde el inicio de la invasión rusa, los precios de muchas de estas materias primas se han disparado a niveles nunca vistos imitando a la electricidad y a los combustibles cuyos precios parecen no tener límites de subida. Ucrania, con inmensos campos de girasol, es el mayor productor mundial de esta semilla oleaginosa y el mayor exportador de su aceite. Pero «la situación es muy tensa en el mercado mundial de los aceites. Hay pocas existencias de aceite de soja en América Latina y de aceite de palma en Indonesia y Malasia, mientras que la demanda es muy fuerte», según apuntan los expertos. El caso es que varias cadenas de distribución han comenzado a racionar la venta de aceite de girasol ante el acopio que estaban haciendo algunos consumidores por miedo al desabastecimiento por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, otro de los grandes exportadores de estas semillas.
España importa de Ucrania anualmente una media de 233.000 toneladas de torta de semilla de girasol, que suponen el 68 % de las importaciones que España realiza de este producto, así como aproximadamente 500.000 toneladas de aceite de girasol. La paralización total de estas importaciones, unido al incremento del precio de estas materias primas, está provocando ya situaciones de gran tensión en los abastecimientos a corto plazo, al verse interrumpidos completamente los flujos de suministro, según publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Lo cierto es que casi todos los establecimientos de alimentación de la ciudad colgaron ya el sábado carteles limitando la compra de aceite de girasol y a las pocas horas de abrir las puertas sus estanterías mostraban como este producto había desaparecido, algo que se repetía en la mañana del lunes.