El día de la huelga se harán concentraciones en las estaciones de autobuses de las siete ciudades gallegas.
Las asambleas de trabajadores del transporte de viajeros por carretera realizadas en las cuatro provinciales aprobaron por unanimidad ir a la huelga el 31 de marzo en demanda del desbloqueo de la negociación colectiva. Los cuatro convenios provinciales están paralizados y aunque la mesa de A Coruña, Ourense y Pontevedra mantiene las reuniones, en estas no se producen avances, mientras que la de Lugo ni siquiera se reúne. El día de la huelga, además de los habituales piquetes informativos, se harán concentraciones en las estaciones de autobuses de las siete ciudades gallegas a las 11:00h, excepto en Pontevedra, donde será a las 18:00h.
Esta huelga será la continuación de las manifestaciones previas realizadas por el personal del sector en A Coruña y en Santiago de Compostela y, de no producirse avances, las centrales sindicales CIG, CCOO y UGT ya advierten que después de Semana Santa las movilizaciones se intensificarán. En este sentido, denuncian la parálisis de los convenios y la no actualización de las condiciones laborales, salariales y sociales del personal, y que a esto hay que sumar los reiterados incumplimientos de los convenios colectivos por parte de la patronal, que llevaron a que hoy el sector esté altamente precarizado. Aunque en este sector la mayoría de los planteles están formados por trabajadores conductores, en los últimos años el colectivo de acompañantes, mayoritariamente integrado por mujeres, creció de manera considerable.
Según las centrales convocantes de la huelga, estas trabajadoras padecen unas condiciones de precariedad absoluta, teniendo que aguantar contratos de hasta media hora o una hora e incumplimientos salariales continuos. A esto añaden el estado lamentable de la flota de autobuses, con vehículos muy viejos que sufren averías constantes que ponen en riesgo la seguridad en el transporte, y señalan como responsable a la Xunta de Galicia, tanto a la Consellería de Infraestructuras e Movilidade como a la Consellería de Educación, que permanecen ciegas y sordas delante de los problemas del sector y ni siquiera respondieron a las múltiples denuncias realizadas.