A mitad del tramo, el pasillo de madera se lo llevó el río.

Se continúa anunciando el sendero del Loña como si en el tramo que discurre entre Mende y el puente del mismo nombre nada hubiera ocurrido. Y lo que ha ocurrido es tanto y la situación en la que se halla es tan desastrosa, que ahora mismo mantenerlo operativo y sin el menor aviso del estado en el que se halla, es una temeridad. ¿Responsable el Concello, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil o ambos organismos?…
La situación no puede decirse que sea, exactamente, nueva, pues el deterioro se ha venido produciendo en las últimas semanas con absoluta impunidad y sin el menor interés de nadie por corregirlo. Mientras las tarimas de madera se iban escorando hacia el río, la senda se fue poblando de problemas y de vegetación al punto que puede verse. Todo ocurrió sin la menor señalización de su estado y los riesgos que comportaba, hasta que se rompió por completo y completar ahora el recorrido que el cartel anuncia como si nada pasara, (o intentarlo, siquiera), es casi un desafío con una cierta dosis de riesgo.
Por fortuna, en el punto intermedio de este recodo del Lonia, donde el corredor de madera volaba sobre el río, la senda se ha roto por completo. Suficiente para ni siquiera intentarlo. No consta que se haya producido desgracia ni problema alguno, ni tampoco que en el Concello de Ourense ni en la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil les interese el asunto lo más mínimo.