El empujón de Jácome a una sindicalista, coloca a este en el foco de la huelga dejando a los trabajadores en un segundo plano.

La huelga indefinida de la plantilla de Urbanos de Ourense, la concesionaria del servicio de transporte urbano de esta ciudad con concesión en precario desde hace más de 7 años, dejó más de 30 incidencias en autobuses que sufrieron «graves ataques», según la empresa; la imposibilidad de cubrir las 19 líneas para las que el Concello había dispuesto servicios mínimos a lo largo de toda la jornada; la primera concentración de los trabajadores en la Praza Maior de la ciudad a las 10 de la mañana; y, a partir de esta movilización, el primer incidente a raíz de un empujón del alcalde a una sindicalista que tomaba parte en la misma. Lo que, de inmediato, activó el aspecto político del asunto que llegó a trasladar, incluso, el ámbito laboral a un segundo plano.

A primera hora de la mañana, el Concello ya denunciaba que «la huelga arranca sin cubrir los servicios mínimos por actos de sabotaje a los vehículos». Según la Administración local, de las 19 líneas para las que se había dispuesto cobertura, solo 13 cumplían los mínimos. Situación que durante la tarde varió algo, con otras líneas en las que consta la existencia de cobertura del servicio. El propio Concello señalaba que «la concesionaria trabaja en la reparación de los vehículos afectados para que los autobuses puedan volver a circular».

Tras la primera concentración de los trabajadores de las 10 de la mañana, y el incidente provocado por el empujón de Pérez Jácome a una sindicalista, «porque le pudo romper el tímpano», tuvo lugar una breve reunión del regidor municipal con representantes de los trabajadores: Jácome los convocó para la mañana de este miércoles, aunque no está claro que la empresa acuda a la convocatoria. A primera hora de la tarde, el Grupo Avanza anunciaba que «mientras continúen estos ataques que atentan contra los servicios mínimos, no hay posibilidad de negociación». Y apelaba al Comité de Empresa a desconvocar la huelga, algo que los sindicatos convocantes, Comisiones Obreras, CIG y UGT no lo contemplan basándose, dicen, en que no lo aceptarán los trabajadores.

Avanza pide «el cese de los ataques contra los servicios mínimos», para volver la negociación.

A través de un comunicado emitido a primera hora de la tarde de este martes, Urbanos de Ourense del Grupo Avanza denunció lo que califica de «graves ataques sufridos esta mañana a más de 30 autobuses de la compañía, lo que supone aproximadamente un 75% de la flota». Según la empresa, se produjeron pinchazos de neumáticos, manipulación en los bombines de cierre de arranque de los autobuses y diversas pintadas. «Afortunadamente no se produjeron daños personales», añade al respecto, al tiempo que habla de «conflicto desproporcionado».

La empresa dice haber solicitado al Comité de Empresa «que cese en estas actitudes violentas, cuyas consecuencias repercuten en los viajeros». Recuerdan que la prestación de servicios mínimos son «una parte fundamental» de la huelga y del derecho a ella, y advierte el Grupo Avanza de que «mientras continúen estos ataques que atentan contra los servicios mínimos, no hay posibilidad de negociación». Por lo que apela al Comité de Empresa para desconvocar los paros y recuperar el diálogo, dice, «con el fin de encontrar soluciones viables para todos».

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