El suelo presenta charcos en varias zonas debido al agua que cae por las juntas del techo.
Se puso en marcha con mucha prisa y de aquella manera. Realmente no se ha inaugurado y, posiblemente, se inaugure varia veces a medida que se acerquen las próximas elecciones. De momento no es completamente cubierta y tiene filtraciones en el techo.
Lo cierto es que en la flamante nueva estación de autobuses de Ourense, que la Xunta de Galicia activó deprisa y corriendo el pasado sábado y la conselleira de Infraestruturas dijo que era la primera de la comunidad en ser puesta en marcha, y que «abre o tempo da intermodalidade en Galicia, grazas a un investimento da Xunta de 9 millóns de euros», nació con mal pie debido a las prisas ya que no solo llueve porque el tejado no la cubre al completo sino que, además, hay filtraciones. Las que a buen seguro serán reparadas (no queda otra y, al parecer, ya se le dio el toque de atención a la empresa constructora) pero lo cierto es que, de momento, existen y dejan ver a las claras que la nueva infraestructura debió haber estado más en la incubadora porque a la criatura bien-bien no se la ve aún.
Son varias las filtraciones que se manifiestan en el techo de la nueva estación, algunas de considerable tamaño como se puede ver; Y que hacen pensar que la techumbre de la instalación deja tanto que desear, que o mucho se repara o esto es una chapuza de varios millones de euros (los 9 que costó). Cuando menos habrá que suponer que la Xunta de Galicia no habrá recepcionado la obra ni los técnicos le habrán dado el visto bueno a semejante compendio de fallos. Y como aún hay más, habrá que ir pensando ya si solo es cosa de fallos o, lo que sería peor, no fue bien concebida.
Lo verdaderamente cierto, y en lo que coincidimos con la conselleira, es en que la intermodalidad, es decir el cambio entre el tren y el bus y viceversa, tiene que hacerse en «30 segundos» si se quiere escapar de las goteras.