Las carreteras españolas, en el peor momento de su historia reciente. El 52% de la red presenta deterioros de gravedad.

La Asociación Española de la Carretera hace balance nuevamente del estado de las carreteras en nuestro país.  El último análisis veía la luz hace ahora 5 años, y en ese tiempo, su nivel de deterioro se ha incrementado exponencialmente: de los 13.000 kilómetros que en 2022 presentaban deterioros muy graves en el pavimento, se ha pasado a un total de
34.000 en 2025. Cerca del triple.
Son, en concreto, 33.966 kilómetros que precisan reconstrucción de carácter urgente,
habiéndose de acometer actuaciones en un plazo inferior a un año debido a que registran
alteraciones muy serias, tanto estructurales (baches y piel de cocodrilo), como superficiales
(grietas longitudinales y transversales, y descarnaduras).
Asimismo, se han contabilizado otros 20.407 kilómetros más en los que es necesario actuar en un plazo máximo de cuatro años, habiéndose identificado en ellos daños calificados como “graves”.
La investigación de la AEC concluye, por tanto, que en un cuatrienio, a lo sumo, sería necesario intervenir en más de la mitad de las carreteras españolas (54.373 kilómetros de un total de 101.700), cuyos firmes se encuentran en la peor situación detectada desde finales de la década de los 80, principios de los 90, cuando se llevó a cabo el último gran Plan General de Carreteras de nuestra historia reciente.

El déficit de inversión acumulado supera ya los 13.400 millones de euros
La falta de atención a la conservación de las carreteras españolas tiene un nombre: 13.491
millones de euros, cantidad que ha sido calculada considerando la subida experimentada por los precios de las materias primas, energía y personal, a fin de ofrecer una imagen lo más próxima posible a la realidad actual.
Así, a los 9.453 millones que en 2022 se estimaban necesarios para abordar las carencias del pavimento en las mallas gestionadas por las administraciones central, autonómica y foral, se suman ahora otros 4.038 millones. De este incremento, el 20% corresponde a la subida del IPC del último trienio, siendo el 23% restante atribuible al propio deterioro de la infraestructura. Considerando estos datos, el estudio confirma que nuestras carreteras se han deteriorado estos tres últimos años a un ritmo del 8% anual.

El Informe de la AEC estima también las necesidades de inversión que la conservación viaria acumula y que se reparten, para las redes del Estado, Autonómica y Foral, como sigue:
4.721 millones de euros en las carreteras que gestiona el Estado, una malla que tiene
una longitud de 26.000 kilómetros, y  8.770 millones de euros en las que administran los gobiernos autonómicos y forales, que suman un total de 75.300 kilómetros.

Consecuencias
El deterioro de red viaria de nuestro país puede representar la paralización del proceso de
transformación de las carreteras en infraestructuras verdes, seguras y conectadas. La
descarbonización del transporte, la reducción a la mitad del número de fallecidos por
accidente de tráfico en 2030, la mejora de la resiliencia de las infraestructuras frente al cambio climático, la repoblación de la España vacía o la introducción de movilidades automatizadas al ritmo exigido por los compromisos europeos pueden verse seriamente amenazadas si no se actúa de inmediato para revertir la situación que dibuja el Informe de la AEC.
De todo esto se desprende que la mala conservación de la red afecta también al bolsillo de los conductores: circular por una carretera en mal estado incrementa hasta un 12% el consumo de combustible. Sin ir más lejos, los dos meses del verano de este año (julio y agosto) el deterioro de las carreteras se traducirá en un sobregasto superior a los 270 millones de euros en combustible, considerando los más de 100 millones de desplazamientos de largo recurrido que, según ha anunciado la Dirección General de Tráfico,
se van a registrar. Nada más y nada menos que cuatro millones y medio más de sobrecoste en combustible al día.

Análisis territorial: las carreteras de Aragón, castellano-manchegas y gallegas
encabezan el “ranking de la mala conservación”
El 68% de la red viaria aragonesa presenta deterioros graves en sus firmes, un 16% más que la media nacional y un 36% por encima de las carreteras de la Comunidad Valenciana, que se sitúan en el extremo menos malo de la serie. Por su parte, en Castilla-La Mancha y en Galicia, el porcentaje de red en estado grave alcanza el 59%.
Así se desprende del análisis territorial de los resultados del estudio sobre Necesidades de
Inversión en Conservación de la AEC.

Desde la Xunta anuncian la mayor inversión de su historia en conservación de carreteras

A tenor de esto, desde la Xunta de Galicia hablan de un «importante esfuerzo inversor» en materia de infraestructuras, especialmente en la conservación y mantenimiento de la red viaria autonómica, de 5.500km. Desde el Gobierno gallego aseguran que hay que tener en cuenta las especiales circunstancias de la red viaria en Galicia, con mayor densidad que en otras comunidades debido a la dispersión de la población que conecta. Así, la comunidad cuenta con 598 km de carreteras por cada 1.000 km², mientras que en el conjunto de España la media es de 328 km de carreteras por cada 1.000 km². A lo que hay que añadir una orografía complicada y una climatología más dura, al ser el agua la principal causa de deterioro del firme de las carreteras. Así mismo, hacen hincapié en que se «están redoblando esfuerzos» y de los 265M€ que los presupuestos 2025 destinan a infraestructuras, un total de 68M€ son íntegramente para mantener el estado de las carreteras autonómicas en las debidas condiciones de vialidad, seguridad, limpieza, señalización y comodidad, siendo la mayor inversión hecha por la Xunta en su historia.

El Gobierno gallego también acaba de licitar por 184M€ las tareas de conservación extraordinaria y vialidad invernal para los próximos 4 años. Y aumentó los recursos para otras líneas de actuación, como el Plan de reforzos do firme. De hecho, esta medida de conservación extraordinaria cuenta en 2025 con 28 M€. Desde la Xunta dicen que la comunidad cuenta con un plan de conservación de carreteras, del que carece el Gobierno central en los viarios de su titularidad en Galicia, en los que continúa improvisando sus actuaciones. 

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