Según la memoria anual de Cáritas Ourense, 2020 fue un año "muy complicado"

En 2020 las Cáritas parroquiales realizaron un gasto total en ayudas directas de 197.524 euros, principalmente en pagos de medicinas, recibos de suministros y pagos de alquiler, además del reparto de alimentos. Cáritas invirtió en total más de dos millones de euros, los cuales llegaron a 20.974 personas (el 7,46% de la población de la Diócesis).

Más de un tercio de las personas atendidas, aunque partían de una economía precaria, nunca habían tenido que acudir antes a los servicios sociales. Un año más, las mujeres encabezan la búsqueda de ayuda, siendo el perfil el de una mujer entre 36-65 años, que es la principal demandante de ayuda. por tanto, según Cáritas,  un año más, la  mujer encabeza la búsqueda de ayuda; estando gran parte de los hogares a los que van estas ayudas formados por parejas con hijos, en su mayoría de nacionalidad española, con escasa formación y sin ingresos.

Acerca del régimen de tenencia de la vivienda, cabe señalar que el alquiler es  la manera mayoritaria (72%), seguido muy de lejos (14%) por personas que  están acogidos en casas de amigos o familiares mientras no consiguen  autonomía. 

Con esto, desde Cáritas Diocesana destacan dos puntos positivos a tener en cuenta a la hora de desempeñar su labor: adaptación para mantener la atención presencial a los más vulnerables, y contar más que nunca con el apoyo de las empresas y la sociedad en general a través de sus aportaciones y donativos para mantener la actividad.

Las principales dificultades, por el contrario, «fueron la soledad en la que nos encontramos trabajando, sobre todo en el primer Estado de Alarma, al no poder trabajar en red con las administraciones públicas sino solo con contadas entidades privadas». Lo cierto es que, apuntan desde Cáritas, desde un principio tuvieron claro «la caridad no cierra», por lo que siempre trataron de compaginar la prudencia y el cuidado de los voluntarios y trabajadores con la atención personal siempre que fue necesario.

Además, la digitalización de las relaciones con la administración, con los bancos y con las empresas, preocupa ya que muchas personas se quedan fuera debido a la llamada “brecha digital”.

Categorías: Noticias