A las 3 de la mañana volverán a ser las 2.

En la madrugada del próximo domingo, 25 de octubre, finalizará el horario de verano cuando a las 03.00 horas se retrasen los relojes y de nuevo volverán a marcar las 02.00 horas en España.

De este modo, se recuperará un año más el horario de invierno, de acuerdo con la Directiva Europea del Cambio de Hora que se aplica en todos los Estados de la Unión Europea.

Sin duda, este año el cambio de hora no tendrá los efectos que esta medida tenía sobre los noctámbulos a quienes el poder disponer de 1 hora más les animaba a meterse precisamente eso: 1 hora más de fiesta en el cuerpo. Pero debido a las restricciones motivadas por la Covid19, como mucho, podrán disfrutar de esa hora en el salón de sus casas.

Así que, un años más, puestos a buscarle un sentido a la medida, diremos que se trata de disponer de una hora más de luz por la mañana y adecuar la actividad laboral al horario solar. La medida, sin embargo, es imperfecta si no se modifican también los horarios laborales de forma estacional y, debido a esto, cada año que pasa vuelve a surgir la discusión sobre los pros y contras de esta medida.

La Unión Europea se había planteado que el año pasado -2019- sería el último con cambio de hora pero, otra vez, no ha sido así.  Ahora se ha dado un año más de plazo de forma que su fin podría llegar en 2021, si bien hay que tener en cuenta que el cambio no sería unificado en toda Europa: cada país optaría por el horario de verano o por el de invierno, algo que especialmente afecta a España, por un lado por encontrarse dividida por el meridiano de Greenwich (que pasa a la altura de Zaragoza), y por otro, debido a la insularidad, entiéndase Canarias.

En julio de 1980 la Comunidad Económica Europea implementó las medidas necesarias para coordinar los ajustes a los relojes de manera ordenada entre sus miembros, y atendiendo a esto, en 1981 fue cuando en España se estableció que el último domingo de marzo y el último domingo de septiembre se ajustarían los relojes, pero finalmente en 1996 se acordó que el cambio de hora de verano al de invierno se trasladaría al último domingo de octubre, situación que vivimos cada año y que además es un tema que, como decíamos, está en discusión por sus diversas implicaciones en la vida de las personas y a la espera de futuras modificaciones oficiales para la medición del tiempo.

En todo caso, recuerde que en Canarias, al menos de momento, seguirá siendo una hora menos, algo que le recordarán, hora tras hora, durante los próximos 12 meses.

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