Así lo hizo saber la plantilla de Urbanos de Ourense. Ni el Concello ni la empresa se pronunciaron al respecto.

Los 125 trabajadores que conforman la plantilla del transporte público de la ciudad se disponen a ir este miércoles, 20 de abril, a la huelga indefinida. No existe la menor expectativa de que se pueda evitar, dado que ni la empresa ni el Concello de Ourense han abierto vía alguna de entendimiento, según aseguran el Comité de Empresa y los sindicatos. Por lo que al Concello respecta, la única reunión se produjo la tarde del pasado viernes con el alcalde, Pérez Jácome, sin abrir la menor expectativa en tal sentido, según ha informado el sindicato CIG.

De este modo y paradójicamente, cuando entre en vigor la supresión de las mascarillas —lo que supone la práctica recuperación de la normalidad tras la pandemia—, el conflicto de Urbanos de Ourense retrocederá a donde se encontraba en enero de 2021, hace un año y tres meses, cuando la huelga indefinida fue aplazada en un «acto de responsabilidad» de los trabajadores ante las restricciones sanitarias que entonces entraron en vigor. Ahora, según el Comité de Empresa, «la situación no ha mejorado sino que ha empeorado», afirma el presidente del Comité de los trabajadores de Urbanos de Ourense, Daniel Fernández.

La empresa no garantiza la jornada laboral de 8 horas diarias, 40 a la semana, ya que Urbanos de Ourense quiere un cómputo mensual, compensando los excesos de una semana en otra a conveniencia de la empresa. Además, Urbanos de Ourense quiere que desaparezca la vinculación de los trabajadores con el transporte urbano, de modo que podrían ser desplazados a otras líneas y concesiones llegado el momento. Y se pretende ampliar el horario de trabajo de las jornadas de vísperas de Navidad y de Año Nuevo, 24 y 31 de diciembre, como si se tratara de cualquier día normal.

El otro gran frente de recortes que plantea la concesionaria es de ámbito económico, y supone que los trabajadores consoliden la pérdida de capacidad adquisitiva de sus salarios que vienen acumulando estos años: desde 2019 el salario de los trabajadores de Urbanos de Ourense no ha subido nada. Para 2023 la empresa sí ofrece un incremento de medio punto, un 0,5%, a pesar que al cierre de marzo la subida del IPC se ha situado en el 9,8%.

Con el anuncio de huelga indefinida a solo horas y el silencio total del Concello de la ciudad y de la empresa del Grupo Avanza, no quedará otra este martes que fijar los servicios mínimos.

La concesión lleva en precario desde 2015.

La pandemia no hizo más que cerrar en falso la situación laboral de los trabajadores del transporte municipal de la ciudad. Los quince meses que transcurrieron desde que el 14 de marzo de 2021 los trabajadores decidieran aplazar la huelga indefinida, no han servido para que Autobuses Urbanos de Ourense, S.L., y la plantilla acercaran posturas, al contrario. Todo está peor que entonces.

El conflicto laboral viene dado por la falta de respuesta de la empresa, y el Comité activó la huelga indefinida el 15 de enero de 2021, y el día 13 trasladó al Concello su propuesta de servicios mínimos. Pero nunca fue preciso activarlos porque la medida no llegó a ponerse en marcha, aunque tampoco hubo acuerdo entre las partes.

Lo que sí hubo fue un aplazamiento de la huelga a última hora de la tarde del día 14. Los trabajadores decidieron no anteponer su derecho a la seguridad de la ciudadanía y a la suya propia, por mor de la pandemia y las restricciones sanitarias vigentes. Las que incluso habían pospuesto la asamblea que debía haberse posicionado respecto a la última oferta de Urbanos de Ourense, de 22 de enero. La asamblea no se celebró hasta el 11 de marzo, y entonces los trabajadores rechazaron la que sería la última oferta de la empresa.

Cuando en vísperas de la activación de la huelga indefinida el Comité de los trabajadores dio marcha atrás a la medida, los sindicatos insistieron en que «la huelga solo queda aplazada», la oferta de la empresa había sido rechazada y la huelga podría retomarse en cualquier momento una vez que amainara la situación del Covid, advertían. Desde entonces a ahora han pasado 15 meses que no cambiaron nada para la plantilla y para la ciudad. Incluyendo la situación de la concesión, que desde el año 2015 se halla en precario, los autobuses cada vez más deteriorados y los 125 trabajadores del transporte público de esta ciudad perdiendo capacidad adquisitiva un año tras otro.

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