Por tercer año disminuye el número de atendidos, pero aumentan las necesidades sociales.

Las necesidades principales detectadas por Cáritas  Diocesana en Ourense están relacionadas con el alquiler de una vivienda, según se desprende de la Memoria de 2019 de la organización, presentada esta mañana.

Según la misma, puesto que muchas personas alternan períodos cortos de empleo con otros de desempleo, impide tener condiciones para poder garantizar un contrato de alquiler de vivienda. La falta de avales personales ha sido, con diferencia, el principal obstáculo en el acceso a una vivienda.

Desde la organización Diocesana, apuntan que a las personas atendidas por ellos les resulta muy difícil salir de los umbrales de la vulnerabilidad y de la exclusión social «Son personas activas, pero, combinan salarios bajos, con jornadas parciales indeseadas y una temporalidad que provoca una entrada y salida recurrente del empleo, y dicha falta de estabilidad no les permite tampoco un proyecto de vida a medio o largo plazo», apuntan.

Según Cáritas, el 44% de las personas atendidas son hombres y el 56% son mujeres: las mujeres siguen encabezando la búsqueda de soluciones en Cáritas, y apuntan que los gastos de vivienda y de alimentación representan más del 65% de sus ingresos, y en el 42% de los hogares atendidos tiene menores a su cargo.

Otras necesidades abordadas en Cáritas han sido:

La soledad de personas mayores, y los escasos recursos que existen para facilitar los cuidados en los domicilios. Además, viven con escasos recursos económicos, en su mayoría 395,60 €.

La situación de muchos jóvenes (sobre todo, hombres) en edad laboral, sin red familiar ni social de apoyo. Son el 18,47% de según su observatorio, y el riesgo de convertirse en personas sin hogar es más alto. La clave de la intervención en Cáritas ha sido el acompañamiento social.

Cronicidad de la pobreza, y desprotección social; otros dos puntos calientes según Cáritas ya que los procedimientos de la administración pública, y su burocracia, hacen que en muchas ocasiones las familias se hayan quedado en situación transitoria de cero ingresos, y la existencia de lagunas en la coordinación entre lo sanitario y lo social, puesto que algunas personas además de su problema de salud, que limita su vida, han de hacer frente a problemáticas sociales complejas: las víctimas de trata, personas ex reclusas, personas con enfermedad dual, etc, 

La actividad de estos programas se ha centrado en responder ante las 12 áreas relacionadas con la acogida y asistencia, la formación y el empleo, junto con la atención social especializada.

PERSONAS ATENDIDAS

Acogida y Asistencia

5263

Comunidad gitana

11

Educación

129

Empleo (Economía solidaria)

741

Familia 

84

Infancia y Menores

56

Mayores

293

Mujer

583

Inclusión social

471

Personas en situación de sin hogar

20

Personas privadas de libertad (Reclusos y Exreclusos)

10

Vivienda

37

7698

  • El comedor social, con 1.196 personas atendidas a lo largo del año, el ropero con 1.415, y el programa de acogida integral con 1.119 son los programas con mayor participación y demanda. Igualmente, los programas de empleo (741 personas), el de mujer (583) y el de personas mayores, desarrollado tanto en la ciudad como en el rural (293 personas). Por otra parte, los programas de atención a las personas sin hogar (20) y a las personas reclusas (10) han abordado problemáticas sociales muy complejas con trabajo intensivo y de acompañamiento diario.

CÁRITAS PARROQUIALES. 

PERSONAS ATENDIDAS

33 PUNTOS DE ATENCIÓN EN EL TERRITORIO

5.207

  • AGENTES: VOLUNTARIOS, COLABORADORES Y TRABAJADORES

    VOLUNTARIOS/AS

    383. (305 en Cáritas Parroquiales y 78 en programas diocesanos). 

    SOCIOS/AS

    118. Sus aportaciones son periódicas y sin una cuantía predeterminada. Se implican en el sostenimiento y en la viabilidad de nuestra acción.

    TRABAJADORES/AS

    56 trabajadores/as distribuidos en 16 equipos técnicos.

    DONANTES 

    y

    COLABORADORES

    283 donantes identificados:  En cualquier momento del año se acercaron con donaciones, aportaciones económicas voluntarias y espontáneas, que hemos destinado a la atención de las personas necesitadas.

    48 empresas y entidades colaboradoras. También aportaron sus recursos económicos diferentes fundaciones e instituciones privadas, así como empresas o colegios profesionales que han colaborado en la atención que realizados a las personas.  Nos ha permitido aliviar muchas necesidades a muchas personas.

    • CENTROS DE ATENCIÓN, 74

      En Cáritas Parroquiales: 33

      En Programas especializados de Cáritas Diocesana: 41

      PANDEMIA DEL COVID-19

      Desde Cáritas apuntan que la pandemia está golpeando con mayor dureza a los hogares que antes del impacto de la Covid-19 estaban ya en situación más vulnerable. Su recuperación era todavía débil, con trabajos en precario, con ingresos económicos muy limitados, lo que ha provocado que esta situación actual les haya dejado desprotegidos.

      La crisis, dicen, nos ha pillado de improviso a todos los estamentos de la sociedad, y en Cáritas «gracias al compromiso de muchos voluntarios, trabajadores y colaboradores, hemos articulado respuestas ágiles desde el momento inicial», remarcan.

      «Sin duda, el Comedor Social, y el programa de Acogida integral, junto con las Cáritas Parroquiales han sido las redes que han sostenido el servicio a los más vulnerables» y enfatizan que desde el comedor social se han triplicado las atenciones, siendo el mes de abril el que presentó el pico más alto de atenciones con 667. Actualmente superan las 500 atenciones diarias, lejos de las 272 de antes de la declaración del estado de alarma.

      En el caso del programa de Acogida integral, en este mismo período del estado de alarma hasta la fecha actual, ha atendido a 185 personas, tramitando ayudas directas tan básicas como el pago de la medicación o la alimentación, y el pago de alquileres.

      Las Cáritas Parroquiales han incrementado sus atenciones en 502 personas,  datos de atenciones, apuntan, que vienen provocados por el parón económico y laboral que se está viendo. 

      Finaliza la Memoría de Cáritas de 2019 remarcando que el último dato de afiliaciones que está publicado es el de abril, y arroja un resultado preocupante, pues alcanza el mismo nivel de 2014-2015, años en los que la crisis económica fue más cruenta. El peor año por afiliación había sido el 2013.

      La relación entre la población activa y la población afiliada es un poco mejor que entonces. El 2019, hasta esta pandemia, era el mejor año en esta serie en afiliaciones, tanto en Galicia, como en Ourense, desde 2009. La actualidad se muestra sombría con los datos de empleo, y es aquí donde Cáritas hace un llamamiento tanto a administraciones públicas como al sector empresarial, para impulsar una recuperación del empleo, clave para evitar una nueva crisis.

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